Relajación guiada para recargar energía y sanar el cuerpo

 Encuentra un lugar tranquilo donde puedas sentarte o recostarte cómodamente.

 Asegúrate de que no te interrumpan. Cierra los ojos y permite que mi voz te guíe hacia un estado de calma profunda y renovación. 

A continuación explicamos los pasos a desarrollar en cada fase: 

Primera fase: Relajación física 

Paso 1: Conciencia corporal 

Comienza llevando tu atención a tu respiración. No la cambies, simplemente obsérvala. Inhala lenta y profundamente, y mientras exhalas, deja que tus hombros caigan y se relajen. Lleva tu atención a tus pies. Nota cualquier tensión allí y, al exhalar, imagina que esa tensión se disuelve como arena que cae entre tus dedos. Sube lentamente a tus piernas, tus caderas, y cada vez que exhales, siente cómo estas partes de tu cuerpo se aflojan y descansan. 

Paso 2: Relajación progresiva 

Ahora, enfócate en tu abdomen. Nota si estás reteniendo tensión y permite que se ablande con cada exhalación. Siente tu pecho, tus hombros, y visualiza cómo se relajan al soltar cada respiración. Mueve tu atención a tus brazos y manos, dejando que se vuelvan pesados y tranquilos. Finalmente, lleva tu conciencia al cuello, la mandíbula, y los músculos de la cara. Relájalos uno por uno. 

 

Segunda fase: Inspiración de energía 

Paso 1: Visualización de energía 

Ahora, comienza a imaginar una luz brillante, blanca y amarilla, justo encima de tu cabeza. Esta luz está llena de energía curativa y renovadora. Toma una respiración profunda y, mientras inhalas, visualiza cómo esa luz entra por la parte superior de tu cabeza. A medida que exhalas, imagina que esta luz se extiende por todo tu cuerpo, relajando y renovando cada célula. 

Paso 2: Energía en partes específicas 

En la próxima inspiración, dirige esta luz a tu cabeza, tu frente y tu cuello, sintiendo cómo despeja cualquier cansancio o tensión. Con la siguiente respiración, baja la energía a tus hombros y brazos, llenándolos de fuerza y tranquilidad. Después, guía esta luz a tu pecho y abdomen, sintiendo cómo revitaliza tu corazón, pulmones y órganos internos. 

Finalmente, lleva la energía a tus piernas y pies, dejándolos ligeros, como si flotaras. Tercera fase: Relajación mental 

Paso 1: Imagina un lugar ideal 

Visualiza un lugar donde te sientas completamente en paz. Puede ser una playa con olas suaves, un bosque lleno de árboles altos o una pradera bañada por el sol. Siente los sonidos, los olores y las texturas de este lugar. Permítete disfrutar plenamente de estar aquí. 

Paso 2: Afirma tu bienestar 

Mientras respiras en este lugar, repite mentalmente: "Estoy en calma." "Estoy lleno/a de energía positiva." "Mi cuerpo y mente están sanos y en equilibrio." 

Paso 3: Conexión final 

Cuando estés listo/a, regresa tu atención al presente, sintiendo cómo esta energía luminosa ha renovado todo tu cuerpo. Mueve lentamente tus dedos y pies, y cuando te sientas preparado/a, abre los ojos. 

Cierre Lleva contigo esta sensación de bienestar y energía a lo largo del día. Recuerda que puedes volver a este ejercicio siempre que lo necesites.

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